Tras las Huellas de ‘La Huachichila’, la Voz del Desierto Potosino

Un viaje por las enigmáticas leyendas del desierto para encontrar a Ana Neumann, la narradora que lleva al «Principito» junto al corazón y convierte la tradición oral en un acto de magia. Un perfil de la mujer que es pilar de la cultura potosina.

SAN LUIS POTOSÍ.- Para hallar sus huellas es necesario buscar en las leyendas del desierto, en los cantos nómadas del Potosí, en las inscripciones de los “cabeza roja”. El viaje es largo y maravilloso, solo hay que seguir el aullido del coyote, las veredas de la biznaga roja y el susurro de los mesquites.

El camino lleva desde la Huasteca hasta el corazón del valle de San Luis, entre casitas de adobe, el esplendor de las minas y los templos barrocos. Allí, en el barrio de San Miguelito, se pueden encontrar las huellas del Hada Ana, Ana Neumann, mejor conocida como «La Huachichila».

Se la puede reconocer porque siempre lleva entre sus manos al “Principito”, justo a un lado de su corazón. Con seguridad, se la puede encontrar un lunes de palique, con su voz dulce y mágica. La gente se arremolina en torno a ella para disfrutar de sus historias, mientras los Niños Marmotas bailan con tambora a su lado. Le gustan las fiestas y la cuentería, está hecha a la tradición de su pueblo.

Su pasión por narrar es tal que sorprende escucharla en cualquier lugar de la ciudad, desde un taller de teatro hasta los museos o en la radio con las inolvidables “leyendas de raíz”.

Las huellas de la Huachichila están vivas en la cultura potosina, en los festivales y en las aulas. Ella no solo cuenta: conmueve, crea, forma, regala a manos llenas pedacitos de su hermosa vida. Es capaz de sorprender al tiempo cuando decide paliquear entre niños, jóvenes, glorias, natillas y helados.

Para disfrutar de su arte, solo hay que pedirle al Hada Ana que nos lleve hasta la “Bola de oro” para conocer a “Juan del Jarro” y a los buscadores de tesoros. Huachichila de la “Habla Palabra”, por fin encontramos tus huellas, desde la sala Manual M. Ponce de Bellas Artes hasta el colosal desierto del norte, en la voz única de la mujer poeta y narradora que cierto día se estremeció ante el paisaje potosino, diciendo: “¡Mi desierto, inmensidad arriba, inmensidad abajo, el desierto, el desierto, el desierto!”.

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Por Corresponsal Digital (Texto original de Martha González Díaz)

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