Inauguramos un espacio en «El Rey» dedicado a la poesía que nos interpela. Empezamos con un poema fundamental del autor peruano César Vallejo, una reflexión sobre la naturaleza, el dolor humano y la materia inerte que nos observa en silencio.
MÉXICO.-
Esta mañana bajé a las piedras, oh las piedras! Y motivé y troquelé un pugilato de piedras.
Madre nuestra, si mis pasos en el mundo hacen doler, es que son los fogonazos de un absurdo amanecer.
Las piedras no ofenden; nada codician. Tan sólo piden amor a todos, y piden amor aun a la Nada.
Y si algunas de ellas se van cabizbajas, o van avergonzadas, es que algo de humano harán…
Mas, no falta quien a alguna por puro gusto golpee. Tal, blanca piedra es la luna que voló de un puntapié…
Madre nuestra, esta mañana me he corrido con las hiedras, al ver la azul caravana de las piedras, de las piedras, de las piedras…
— César Vallejo
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Por Corresponsal Digital (Presentación)